sábado, 30 de septiembre de 2023

  



La Meditación AUTOALUSIVA desarrollada por Jacobo Grinberg

 

Practica de la meditación autoalusiva


En la Unidad No existe en ella inconsciencia ni materia ni objetos ni personas separadas. Todos son el mismo Ser y este es Uno, pero no es amorfo. 

Existe en total equilibrio y amor, existe en paz y más allá del pensamiento. Es la Realidad.


1.Fortalecimiento de la atención: anapana


La práctica de la meditación autoalusiva está basada en la observación y esta, para ser efectiva, implica el fortalecimiento de la atención. Por considerar que la atención es la herramienta fundamental, este capítulo está dedicado a su manejo y fortalecimiento.

Cualquier objeto o actividad puede ser utilizado para fortalecer la atención; pero, entre todos, el propio cuerpo y los movimientos respiratorios son los más adecuados. Al mantenimiento de la atención en estos últimos el budismo lo denomina Anapana.

2. Observación del cuerpo: vipassana


En esta técnica, el practicante aprende a sentir su cuerpo, primero parte por parte y más tarde en su totalidad, basta experimentarlo como una unidad.

Se recomienda al practicante de Vipassana ejercitarse en esta técnica en el mismo lugar limpio, ventilado y libre de insectos, en el cual practica su Anapana y como continuación de la misma. En otras palabras, el practicante se sentara cómodamente, cerrara los ojos y comenzara a concentrar su atención en sus movimientos respiratorios hasta lograr mantenerla fija y sin desviaciones.

3. Observación de la mente


La mente no existe como una entidad concreta e independiente ni como un objeto delimitado separado de otros objetos. Al hablar de la mente no se hace referencia a la existencia de una masa materializada que posee atributos sensiblestales como color, forma, textura o localización en algún lugar del espacio. 

Más bien, se hace referencia a un proceso dinámico que se manifiesta en forma de pensamientos, memorias e imágenes.

Por ello, la observación de la mente es la observación de los contenidos de la misma. En el contexto de la meditación autoalusiva, la observación de los contenidos de la mente se realiza hasta lograr que el sujeto de la experiencia sea capaz de observar el origen, mantenimiento y desaparición de cualquier pensamiento, memoria o imagen sin identificarse con ellas, es decir, hasta que el sujeto de la experiencia se convierta en el Observador de la mente.

La mejor forma de lograr lo anterior, es adoptar la misma postura de meditación que en Anapana y Vipassana pero atendiendo al Observador.

4. Observación de las emociones


Solamente nos hacen falta dos pasos más para poder describir la técnica de la meditación autoalusiva, que son: la observación de los componentes emocionales de nuestra psique, llámenseles a estos sentimientos o simplemente emociones, y la observación de patrones.

La observación de las emociones es difícil, porque casi siempre nos identificamos con nuestros estados emocionales, por lo que una observación desapegada de los mismos resulta todo un reto.

Nos sucede algo parecido a lo que acontece con nuestro papel social. 

Es relativamente fácil identificarse con él, sobre todo porque la sociedad constantemente nos impone esa identificación. Pero de la misma forma en la que el papel social es un juego y nunca nuestra identidad real, así nuestras emociones (como nuestros pensamientos) pueden ser observadas desde una plataforma ecuánime, desapegada y no identificada con sus contenidos de observación. Desde esta plataforma, las emociones y los pensamientos se ven pasar, como si estuvieran pasando por sí solos.

5. Observación de Patrones


Puesto que esta técnica implica la capacidad de algoritmización, la práctica de la autoalusión se fortalece si previamente a su instrumentación se realizan ejercicios algorítmicos. Estos ejercicios se describirán en este capítulo y consisten en la observación de patrones.

La Naturaleza ofrece una multitud de formas sostenidas por patrones, desde la hoja de un árbol con la disposición de sus líneas basta las ondas regulares de las dunas arenosas y los patrones blanquecinos de las nubes.

La observación de patrones consiste en atender sostenidamente cualquier objeto, tratando de descubrir entre sus formas alguna disposición regular que se constituya en patrón. 

Se podría iniciar el ejercicio observando atentamente una flor o una hoja de árbol. Mientras mayor sea el tiempo sostenido de observación y más patrones se logren descubrir, mejor.

La meditación autoalusiva


Realizado todo lo anterior, estamos preparados para la práctica de la meditación autoalusiva. Se sugiere al meditador sentarse cómodamente en el lugar que ha escogido para todas las prácticas previas o en cualquier otro lugar tranquilo, ventilado y libre de insectos.

Con los ojos cerrados y la espalda derecha, la meditación autoalusiva sé inicia fortaleciendo la atención, concentrándose en la entrada y salida del aire a los pulmones durante la respiración. Esta debe ser rítmica, pausada y tranquila.

Se continúa esta práctica de Anapana hasta lograr mantener la atención fija en los movimientos respiratorios y en las sensaciones provocadas por el aire al pasar por las cavidades nasales y penetrar en el organismo, después, al salir de este atendiendo todos los detalles del proceso.

Una vez fortalecida la atención y sin que haya habido distracciones de un solo movimiento respiratorio durante unos minutos, la atención se lleva hacia el vertex o parte superior de la cabeza para sentir allí las sensaciones corporales que existen en ese punto y a partir de allí empezar a recorrer el cuerpo en la práctica de Vipassana.

Tanto durante Anapana como Vipassana, a los pensamientos que puedan surgir durante la práctica ni se les reprime ni se les desvía. Simplemente se permite su acontecer libre observándolos con placidez, ecuanimidad y sin identificarse con ellos.

Una vez logrado lo anterior, se observan simultáneamente las emociones, sus cambios corporales, la mente y sus pensamientos, el cuerpo y la respiración en una nueva unidad que los incorpora a todos.

A esta observación de la unidad de todos los componentes de la experiencia susceptibles de ser contemplados se les denomina “observación-de-la-totalidad-de-uno-mismo-en-el-presente”. Obviamente esta observación de la totalidad no es de la totalidad de todo el Universo sino únicamente de la que es posible realizar en el presente. La observación de-la-totalidad-de-uno-mismo-en-el-presente es la meditación autoalusiva en sus componentes.

EI siguiente paso en la técnica consiste en observar la resultante de la unión de todos los elementos de uno mismo en la sensación de mismidad o del sí mismo.

Al igual que en la observación de las emociones como tales y en la observación “disecada” de los componentes corporales, viscerales y vegetativas que las acompañan, la contemplación autoalusiva de uno mismo consiste en la observación disecada de todos los componentes de la experiencia susceptibles de ser observados y de la observación de la resultante unificada.

Cuando se logra autoaludir sin secuencias intermedias, el siguiente paso en la práctica es mantener la observación autoalusiva en forma permanente. Para ello, es necesario fortalecer la atención focalizada que impida la distracción y mantenga la observación durante la vida cotidiana.

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